Cuando aquel gracioso hombrecito, que apenas medía una pulgada de alto, decidió un buen día convertirse en todo un guerrero samurai, acudió donde su padre para pedirle permiso y así poder cumplir su anhelado sueño. El padre, luego de escuchar con atención la petición de su hijo, lo alentó a seguir adelante con su sueño, y con mucha sabiduría y gran ternura, se le acercó y le dijo al oído: "Pobre aquella rana que se queda a vivir en su estanque. Porque nunca sabrá lo bello e inmenso que es el mar’".
(Adaptación personal de José "Pepe" Cabana de un cuento tradicional japonés)...
Esto es sólo una parte de la entrevista publicada por el Diario La República de Lima-Perú, el pasado domingo 20 de julio de 2008.
Para conocer la nota completa, pueden visitar el siguiente link:
http://www.larepublica.com.pe/content/view/232337/
Fotos:
Diario La República
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